Los juegos de colorear pueden incluir cualquier tipo de juego que utilice el color como componente clave del juego. Este puede ser un ejemplo muy básico, como simplemente colorear tus propios diseños para hacer una obra de arte. Boo es un buen ejemplo de esto, donde los jugadores pueden pintar y tallar sus propias calabazas. Si bien se trata principalmente de una actividad de Halloween, se puede jugar en cualquier época del año.
Factory Balls es un tipo diferente de juego de colorear, en el que debes conseguir el patrón exacto de la pelota que se te presenta. Sumerge la pelota en diferentes colores y usa las herramientas y pinturas específicas proporcionadas para que puedas obtener una combinación exacta. Puede parecer fácil, pero el juego se vuelve tremendamente complejo después de sólo unos pocos niveles.